Estos días Hassprin está más rallado aún de lo que es habitual en él. Los últimos acontecimientos le han desbordado claramente y una idea fija se cierne sobre su cabeza: desentrañar el sentido de vivir sin vivir y sobre todo de amar sin amor.
Acosado por esta duda y viéndose incapaz de interpretar el sentido más profundo de la tribulación que le desasosiega el alma, decide preguntar - como si de un filósofo peripatético del siglo XXI se tratara - a su maestro.
Maestro, ¿qué es amar sin amor?
" Es complicado explicar qué es amar sin amor, torpe Hassprin: Vivimos y amamos sin amor cuando vivimos y amamos habiendo en nuestro interior depositada una distancia tal entre nosotros y el hecho que no nos permite vivir o amar plenamente el hecho, el acontecimiento, el momento, el instante vivido. Así, tocamos sin tocar, viajamos para escapar sin viajar ni escapar, besamos sin besar, y nuestra vida se convierte sencillamente en una acumulación de hechos y no en una asimilación de los mismos. En el segundo caso - la asimilación - , nuestro presente es el amor por el hecho vivido -que son todos los hechos vividos-; en el primero - la acumulación -, un presente incomprensible de cosas inservibles, como un trastero de recuerdos inertes, lo cual es terrible, pues todo recuerdo está bien vivo. En este caso, la memoria no vivifica, sino que trastorna el presente que vivimos. Amar sin amar es un hecho y una vivencia mecánicos -las cosas suceden sucediendo como una deriva: la de los demás-; amar amando es, como el dolor, constante, puro y pleno -las cosas suceden, pero siendo tú mismo el timón en las corrientes marinas y celestes del universo. Cómo conectar nuestro presente en uno y otro caso depende de nuestra perspectiva ante la vida y visión cósmica, que es lo que establece nuestra relación con el mundo, la vida, la memoria... De dónde viene, qué es esa distancia que se nos inocula o nos inoculamos para con los demás, para con nosotros mismos y para con el mundo? "
Sí maestro, pero las ganas de follar no se me pasan .
